CAPÍTULO IX
Afasia 3 Neurolingüística
  • Evaluación de los diferentes niveles lingüísticos en pacientes afásicos
  • Análisis del lenguaje en pacientes afásicos
EVALUACIÓN DE NIVELES LINGUÍSTICOS

Las consideraciones que se harán a continuación
proceden de los postulados del modelo teórico fisiológico
y fisiopatológico. Este es un modelo funcional que se
basa en tres pilares fundamentales:
1- La concepción del aprendizaje fisiológico del
lenguaje: con la cual se intenta definir a la adquisición del
lenguaje que se va dando en el marco de la
complejización gradual de la actividad cerebral, de los
niveles evolutivos más altos del sistema nervioso, en
interacción con el medio. Por lo tanto, existe una
predisposición genética para que se produzca el
aprendizaje del lenguaje a expensas de determinadas
estructuras funcionales (analizadores del lenguaje en la
nomenclatura que utiliza este modelo teórico) siempre
que el medio lo posibilite. De este modo, el lenguaje
queda ubicado como una función biológica por su
naturaleza y social por su génesis.
2- La existencia de dos códigos del lenguaje: el
fonológico sintáctico relacionado con la elocución
(lenguaje externo) y el semántico vinculado con los
significados (lenguaje interno). Si bien entre ambos
procesos de codificación lingüística deben existir
procesos de transcodificación que permitan que la
información semántica sea convertida, a través de
diferentes instancias, en fonológica sintáctica, se postula
que estos códigos conforman una única función que es la
del lenguaje.
3- La hipótesis de la depresión funcional: La
instalación o remisión progresiva de síntomas, tal como
se observa en algunos cuadros neurológicos, deja
expuesta la desorganización (o reorganización) gradual
de la elocución o de la comprensión verbal o de ambas.
Esto ha permitido plantear la hipótesis de los grados
crecientes o decrecientes de depresión funcional de
estructuras funcionales cerebrales relacionadas con el
lenguaje.
La hipótesis fisiopatológica permite:
a) Identificar los grados de severidad en relación con
los niveles de depresión funcional en base a los
síntomas que caracterizan a cada nivel.
b) Postular la existencia de un sustrato fisiopatológico
común a los síndromes del adulto y los retardos
neurolingüísticos en el niño.
c) La elaboración, junto con el diagnóstico clínico, de
un diagnóstico fisiopatológico en correspondencia
con la fisiopatología subyacente. El primero indica los
contenidos del plan terapéutico y el segundo su forma
de administración.

Importancia del diagnóstico del lenguaje
Como ya se ha considerado en otra publicación, el
diagnóstico neuropsicológico es complejo porque aspira
a obtener cuatro diagnósticos correlacionados: tres
relacionados con las funciones cerebrales superiores
(lenguaje, gnosias y praxias) y el restante vinculado con
los códigos lectoescrito y matemático.
La exploración completa del paciente adulto es compleja
y la recolección de los síntomas debe ser cuidadosa,
paciente y minuciosa. De igual modo debe procederse
con el procesamiento de todos los datos obtenidos
durante el estudio diagnóstico.
En lo relativo a la pérdida del lenguaje, se requiere de un
estudio adecuado para definir claramente o lo más
claramente posible, la situación en la que se encuentra el
paciente.
Instalada la patología cerebral, el diagnóstico del lenguaje
debe hacerse en forma rápida y precisa; esto redunda en
beneficio del paciente tanto en los aspectos lingüísticos
como en los psicológicos. Investigaciones como las de A.
Basso, E. Capitani y A. Vignolo y M.Taylor Sarno y E.
Levita, han demostrado que los tres primeros meses a
partir de la instalación de la afasia, son de marcada
mejoría para todos los pacientes independientemente del
tipo clínico de afasia y que la mayor ganancia lingüística
se ubica entre los seis y once meses de iniciado el
tratamiento (la referencia se relaciona con los
tratamientos iniciados de inmediato). Es decir que debe
atenderse al trastorno de lenguaje con urgencia una vez
que el paciente ha superado la etapa de los cuidados
intensivos- no sólo para evitar daños irreversibles sino
además porque existe una correlación directa entre el
éxito del tratamiento y su rápida iniciación.

El diagnóstico: un proceso de conocimiento
El término diagnóstico tomado del griego diagnõstikós
significa 'distintivo, que permite distinguir', es derivado de
diagignðskõ, cuyo significado es 'yo distingo, yo
discierno', el cual a su vez procede de gignðskõ: 'yo
conozco' (pariente del latín cognoscere). Data de 1843.
Conocer qué tiene el paciente requiere del tránsito por un
camino definido puesto que es un problema de
conocimiento que debe resolverse para arribar al
diagnóstico, esto es poder expresar brevemente los
aspectos de mayor significación y relevancia de la
resolución del problema planteado.
El proceso cognitivo parte de los hechos concretos y
evidentes que están constituidos por los síntomas- para
terminar en la comprobación de datos subyacentes a
esos datos concretos, los cuales sólo se harán
ostensibles mediante este proceso. Además de los datos
subyacentes, deberán tenerse presente las “leyes” que
proporcionan el asiento a la expresión manifiesta de los
hechos clínicos, las que, por su carácter dinámico,
suscitan los síntomas y correlacionan entre sí a los datos
subyacentes a los mismos (fisipatología). Es
precisamente la metodología del diagnóstico la que
permitirá establecer la naturaleza de las leyes
subyacentes a los trastornos del lenguaje y el alcance
que deberá darse al diagnóstico.
Se insistirá en que el registro de los síntomas debe ser
completo y metódico porque ellos adquieren gran
relevancia por ser la expresión concreta de los procesos
fisiopatológicos subyacentes. Sólo si la investigación del
paciente es enfocada como un proceso de conocimiento,
será posible pasar de los síntomas a las relaciones
dinámicas que los ligan, es decir, pasar a estudiar los
procesos fisiopatológicos subyacentes. Debe aclararse
además, que estos procesos relacionan determinados
datos no manifiestos concretamente que actúan en cada
caso en particular y que también pueden ser conocidos,
como por ejemplo, los relativos a la gravitación de los
factores emocionales sobre la enfermedad.
En otra publicación se ha hecho referencia a la
importancia de la anamnesis; sólo se agregará ahora que
es necesario que sea regida por ciertas premisas para
poder recoger la evolución previa a la instalación de los
síntomas, es por esto que no debe quedar circunscripta
sólo a los aspectos referidos al lenguaje, por el contrario,
no debe descartarse ningún dato que haga a la
reconstrucción de la historia individual del paciente y de
su enfermedad. El objetivo principal siempre debe ser el
de efectuar, junto con el diagnóstico clínico, el diagnóstico
fisiopatológico porque éste permite ubicar los trastornos
de la neurodinámica cortical que han posibilitado la
aparición de la alteración lingüística y porque a ellos debe
ir dirigida la acción terapéutica.
Sin embargo, la utilización de un método para la
investigación diagnóstica no es suficiente, se requiere
además de un corpus de conocimientos teóricos
adecuados que permita reconocer los síntomas, sus
relaciones con otros hechos causales y las “leyes”
particulares que los regulan. La riqueza de la
investigación se relaciona directamente con el
conocimiento semiológico (abstracto) del examinador y
con la extensión del examen. En efecto, a mayor
conocimiento del examinador menor es el tiempo
requerido para resolver el problema planteado por el
diagnóstico. Los datos obtenidos mediante la anamnesis
deben arribar a la formulación de una hipótesis, la cual
permite orientar el examen diagnóstico siempre mediante
un proceso dialéctico que busque no sólo la verificación
de esa hipótesis sino además, su refutación.
En consecuencia, debe hacerse la diferenciación entre
los dos enfoques: el semiológico y fisiopatológico y el
clínico, estableciendo que el primero es un proceso de
abstracción que posibilita la identificación de procesos
relacionados con los síntomas mientras que el segundo,
constituye un enfoque concreto y actual del paciente .
A modo de síntesis, puede decirse que para arribar a un
diagnóstico correcto se requiere de una metodología que
delimite con exactitud las instancias a seguir, para
transitar el proceso del diagnóstico como una evolución
hacia el conocimiento, de una técnica de investigación
que debe tener objetivos claros y que debe ser precisa en
cuanto a las etapas que es necesario cumplir para
lograrlos y de un marco teórico que permita la
interpretación de los hechos observados y de los datos
obtenidos a lo largo de la exploración semiológica. De
este modo, es posible contar con respuestas para los dos
interrogantes básicos que implica el diagnóstico, éstos
son: ¿Qué tiene el paciente? y ¿Por qué lo tiene?. Las
dos respuestas están relacionadas con la formulación de
los diagnósticos clínico y fisiopatológico, sin los cuales no
es posible encauzar los esfuerzos terapéuticos:
“(...) Sólo cuando el diagnóstico ha logrado acabamiento
y precisión puede alcanzar pleno rigor técnico la
operación sanadora. Puesto que la técnica es en esencia,
un saber hacer sabiendo porqué se hace aquello que se
hace, el diagnóstico es condición inexcusable del
tratamiento “según arte”. Qui bene diaqnoscit, bene curat
(...)”.

Delimitación de las áreas lingüísticas a investigar
Tradicionalmente, siempre se ha explorado la
comprensión y la expresión del lenguaje, las cuales son
dos códigos de una única función en la actividad normal
que encuentran su expresión en la patología
neurolingüística a través del síndrome afásico y del
síndrome anártrico. Las corrientes basadas en la teoría
de la información también contemplan una etapa de
salida o codificación y una de llegada o descodificación
considerándolas como la manifestación de la elocución y
de la comprensión verbal. La existencia de zonas
funcionales diferenciadas representadas por los
analizadores del lenguaje, uno de ellos el analizador
cinestésico motor verbal, encargado de los aspectos
funcionales de la elocución y el otro, el analizador verbal
del cual depende funcionalmente la comprensión verbal,
está reafirmando que es necesario considerar
separadamente, en la exploración semiológica del
lenguaje, a la elocución y a la comprensión verbal.
Sin embargo, las pruebas que se utilizan no ponen de
manifiesto en forma independiente uno u otro aspecto
sino que a través de ellas se registran simultáneamente
fenómenos que corresponden a ambos códigos, por lo
y seleccionados por el examinador.
Según sea el período que cursa la enfermedad, se
imponen diferencias en la selección y administración de
las pruebas; aún así puede decirse que en términos
generales las áreas lingüísticas a explorar son:
1-Lenguaje espontáneo
2- Lenguaje comprensivo
3- Proceso de denominación
4- Lenguaje facilitado
En cuanto a los procesos lingüísticos, también la
exploración es constante independientemente del
período que cursa la enfermedad, ellos son:

Área de la elocución
1. Codificación fonológica
1.1. Selección fonética y fonémica
1.2. Combinación fonémica
1.3. Ritmo y prosodia
2- Codificación morfosintáctica
Situación de la organización sintáctica y morfológica
del discurso

Área de la comprensión verbal
1-Descodificación semántica
Ejecución de órdenes. Valoración de la comprensión
verbal en sus aspectos concretos, directos, indirectos
y en los más abstractos y generalizados.
2-Codificación semántica
Proceso de denominación. Estado de la organización
semántica, sintáctica y gramatical del paciente.

Modalidades de los códigos lectoescrito, matemático
y del cálculo a explorar
El estudio de estos códigos queda justificado porque se
organizan a partir de la adquisición del lenguaje.
Sin embargo, aunque el lenguaje es el principal punto de
partida no debe perderse de vista que en la construcción
de ellos participan gnosias y praxias complejas.
En el aprendizaje de la lectura, de la escritura y del
cálculo, el lenguaje participa con uno o con ambos
códigos lingüísticos según sea el caso, pero a ellos se
suma tanto para la lectura como para la escritura la
inclusión de gnosias visuoespaciales relacionadas con el
reconocimiento de los grafemas y, para el caso de la
escritura, se agregan las praxias constructivas. En lo
relativo al cálculo, su aprendizaje dependerá no sólo de la
capacidad de abstracción sino además de las gnosias
visuoespaciales y de las praxias constructivas;
recuérdese que el cálculo mental difiere del gráfico
porque este último requiere del manejo adecuado del
espacio gráfico mientras que el mental sólo depende del
lenguaje interno.
De acuerdo con estas consideraciones teóricas, queda
justificada la discrepancia con la denominación de
“lenguaje escrito” y también la posibilidad de omitir estas
pruebas cuando se trata sólo de explorar el
recoger datos adicionales que enriquecen el
conocimiento del síndrome neurolingüístico pero que no
aportan indicadores patológicos ajenos al lenguaje o sólo
relacionados con él. En todo caso, adquieren valor en lo
relativo al estudio de la presencia de síntomas en el
proceso de transcodificación verbo-gráfico (15) y al
establecimiento de correlaciones con el cuadro de
lenguaje y / o con la presencia de agnosias
visuoespaciales y / o apraxias constructivas.
En lo relativo al código lecto escrito, al matemático y al
cálculo se investigan:
1- Lectura automática y comprensiva
2- Escritura automática y comprensiva
3- Cálculo mental y gráfico
4. Nociones matemáticas. Interpretación y resolución
de relaciones lógicas explícitas e implícitas.

Selección de las pruebas
Las pruebas deben respetar tanto el nivel lingüístico
premórbido como el periodo que cursa la enfermedad.
El protocolo uniforme
El tiempo requerido para la realizar el examen del
lenguaje, la inconstancia de las respuestas del paciente,
la hipótesis relativa a los peligros de índole traumático
que puede entrañar la situación de examen, han sido los
argumentos de quienes se oponen a la administración
metódica de pruebas en estos pacientes (16). No
obstante, desde diferentes modelos teóricos (17-22) se
ha sostenido la necesidad de la investigación metódica de
las diferentes dimensiones de la conducta lingüística, a
las cuales van dirigidas las pruebas con el fin identificar la
situación patológica.
Respecto de su complejidad, las pruebas deben
administrarse desde las más simples a las más
complejas, tal como ya lo señalara P.Marie en 1906 quien
advirtió que la complejidad creciente de las pruebas
permite que los grados leves de severidad no pasen
inadvertidos. En relación con los resultados de las
pruebas deberá tenerse en cuenta además, que las
alteraciones neurolingüísticas pueden inducir a errores
que se presentan entrecruzados con los que dependen
del nivel intelectual y de instrucción del paciente.
La utilización de un mismo protocolo de examen brinda
los beneficios que se mencionan más adelante.
Diferentes baterías de tests de amplia difusión en la
Afasiología, se dirigen a lograr la uniformidad de los
estudios diagnósticos desde sus concernientes marcos
teóricos. Sólo a modo de ejemplos, se mencionarán los
Tests: Minnesota; Boston; Western; Test de
Modalidades de lenguaje para la afasia de J. Wepman;
Índice Porch de Aptitud Comunicativa; Perfil de
Comunicación Funcional de M. T. Sarno; Test de
Habilidades Comunicativas en la Vida Diaria de A.
Holland; Batería de A. R. Luria y Test Barcelona.
CAPÍTULO VIII
Afasia 2 Neurolingüística

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CAPÍTULO VII
Afasia 1
  • Definición - Fisiopatología de la lesión adquirida del cerebro
  • Sistema funcional complejo
  • Clasificaciones de afasia - Luria y Geschwind

CAPÍTULO VI
Lóbulo frontal
  • Lóbulo frontal y función ejecutiva
  • Lóbulo frontal y memoria
  • Lóbulo frontal y atención
  • Lóbulo frontal - Síndromes frontales
  • Dispraxia motora

CAPÍTULO V
Hemisferios cerebrales
  • Hemisferios cerebrales - Importancia en las funciones del lenguaje
  • Lóbulos cerebrales
  • Circunvoluciones

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Los hemisferios cerebrales
http://www.youtube.com/watch?v=QTXT7pxDDC4

CAPÍTULO IV
Factores de riesgo para daño cerebral
  • Afección de la anatomía del cerebro por diversas patologías pre, peri y post natales
  • Plasticidad cerebral
  • Signos de alerta para daño cerebral
  • Atención del niño con factores de riesgo para daño cerebral
  • Caso clínico

CAPÍTULO III
Órganos de los sentidos
  • Audición: partes del oído y vías auditivas. Corteza auditiva primaria - secundaria - terciaria
  • Visión - Vias visuales
  • Percepción - Vías - Importancia


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El oído y las vías auditivas
http://www.youtube.com/watch?v=HKblTQfOJJ4